#ElDato: Adriano Leite Ribeiro marcó 29 goles en 50 partidos disputados con la selección brasileña de mayores. Su mejor momento fue entre 2004 y 2005 cuando marcó 19 veces en 23 juegos.
A sus 35 años y luego de una dura vida deportiva y personal, Adriano Leite hizo algunas revelaciones que no sólo entusiasman al pueblo brasileño sino al mundo pues fue uno de los delanteros más temidos del planeta.
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Para la cadena ‘TV Globo’ reconoció que está pensando en su regreso. Así es, ‘el emperador’ quiere volver a las canchas y empezará a entrenar desde enero de 2018 para ver ofertas que le lleguen en el fútbol de su país cuando se abra el mercado de fichajes.
«Quiero empezar a entrenar de nuevo, sin club alguno, en el mes de enero…No sé si volveré al fútbol de alto nivel pero, no te voy a mentir, lo intentaré. Se que es difícil, que hay que ser muy constante y que no es fácil y menos, cuando hace un año y medio o dos que lo dejé pero no cuesta nada probar y ver si realmente puedo o no», explicó muy entusiasmado.
Además, en la entrevista repasó aspectos de su vida personal y cosas que afectaron su carrera deportiva. «Bebo igual que mis amigos cuando hacemos una barbacoa. ¿Si se beben una cerveza sólo? Eso es imposible. Ninguno consigue beberse nada más que una cerveza. También bebo whisky pero, no todos los días. Bebo miércoles, jueves, viernes y también el sábado. El domingo ya descanso», confesó y aseguró que el alcohol ya es un problema del pasado.
También confesó que tenía alguna relación con ‘Mica’, un narcotraficante. «Fue verdad. Es mi amigo. No fueron armas, drogas ni ninguna otra cosas. Yo le compré un regalo porque él se crió conmigo. Fue una moto», explicó Adriano sobre la polémica que se creó al conocerse que le había dado un regalo.
En lo deportivo, recordó su paso por el Inter de Milán y su salida por la depresión que sufrió tras la muerte de su padre. «Cuando volví ya no era lo mismo. No tenía la misma fuerza de antes. La fuerza mental. Quería estar cerca de mi familia. Dejé Brasil y tenía mi familia lejos. Cuando te quedas solo comienzas a pensar en cosas que no quieres y es complicado», concluyó.