#ElDato: el Once Caldas fue el único equipo de la época que le dio su datequieto al Boca de Bianchi. Sin dudas, uno de los mayores palos de la historia del fútbol.
Recordar es vivir. Un 23 de junio de 2004, en marco del juego de ida de la final de la Copa Libertadores, el espigado centrocampista Jhon Viáfara– hoy en la cárcel- no aguantó más y ante la negativa del técnico del cuadro colombiano– Luis Fernando Montoya-, tuvo que hacerse el cuerpo en plena Bombonera.
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En este orden, Viáfara no tuvo más opción que hacer caso al llamado del entrenador y jugar con esa incomodidad, que obviamente se empezó a volver colectiva.
Por ejemplo cuentan que los jugadores de Boca preferían tenerlo de lejos cuando se dieron cuenta, porque antes de eso algunos se revisaban los botines intentando descubrir si habían pisado la gracia de algún animal. Por fortuna de Víafara, el Once Caldas utilizó ese día su segundo uniforme (completamente negro), lo cual no dejó que los detalles fuesen perceptible a simple vista.
Ese día el partido terminó 0-0, gracias a un sistema ultradefensivo de los colombianos, que en casa terminaron igualados a 1-1 con gol del propio Viáfara, definiendo la serie en la vía de los penales, donde Juan Carlos Henao fue la gran figura, para darle el título a los ‘cafeteros’.