#ElDato: El brasileño quería vengarse de la manera como los clubes explotan y se aprovechan de los futbolistas.
Con ustedes un futbolista que se volvió millonarios «jugando al fútbol» sin jugar. Carlos Henrique Raposo, el hombre que se hizo pasar por lesionado para no tener que jugar y entrenar. El carioca incluso llegó al fútbol europeo.
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Algunos le dicen genio, otros el estafador más grande del fútbol. Su primera víctima fue el Botafogo, gracias a que un amigo suyo, Marcelo, jugaba y era el líder del equipo, consiguiendo que lo ficharan. Allí estuvo todo el tiempo en casa sin jugar. Eso sí, cobrando y abultando la cuenta bancaria.
«Hacía algún movimiento raro en el entrenamiento, me tocaba el muslo, y me quedaba 20 días en el departamento médico. En esa época no existía la resonancia magnética”, explicó Reposo en una entrevista con ESPN.
Y así, con la misma fórmula, se fue al Flamengo gracias a Renato Gaucho. Allí estuvo gran parte de su carrera hasta jugar en el Puebla de México, Guaraní y al fútbol de Estados Unidos: «Yo firmaba el contrato de riesgo, el más corto, normalmente de unos meses. Recibía las primas del contrato, y me quedaba allí durante ese periodo».
¿Por qué lo hace? “Los clubes han engañado y engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse por todos ellos», dijo Reposo hace poco tiempo sobre sus estafas en el fútbol».
Increíblemente, Raposo logró pegar el salto al viejo continente sin jugar. El Ajaccio de Francia lo fichó y el futbolista se ganó a toda la hinchada desde su presentación siendo bastante carismático y cercano con los aficionados.
Su mejor anécdota ocurrió cuando iba a ingresar a jugar y fingió una pelea con un hincha para que el árbitro lo echara del partido.
Tremendo señores…