El Osasuna ganaba por la mínima diferencia, pero cuando solo falta un minuto para que se cumpliera el tiempo reglamentario. La pelota le llegó a los pies del mediocampista Ángel Montoro, miró de reojo la posición del arquero Sergio Herrera y desde 35 metros sacó un extraordinario remate de derecha que “bañó” por completo al guardameta y decretó el penal final del Granada en condición de visitante.
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