Muchos dicen que sólo es un deporte. Y no, la verdad es que no. Tiene el poder de unirnos y frenar guerras que parecen interminables. Luego de que Costa de Marfil se clasificara al primer Mundial de su historia, Didier Drogba tomó los micrófonos y acabó el río de sangre. Un crack dentro y fuera de la cancha…