Acto seguido de que el arquero uruguayo Rochet atajara el disparo desde los doce pasos a André Ayew, el mediocampista del Real Madrid protagonizó una escena insólita y que lo pudo haber costado una tarjeta roja.
Y es que, en medio de la euforia por la acertada intervención de su portero, Valverde se fue a toda velocidad contra el árbitro central alemán Daniel Siebert y con puños apretados le gritó prácticamente en la cara, debido a que había quedado muy caliente por la sanción polémica de la pena máxima con asistencia del VAR.
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