El jugador estadounidense jugó como extremo derecho y tuvo una gran actuación, con asistencia incluida para el tercer tanto del Barcelona en la victoria 3-1 frente al Valencia. Por eso, cuando fue reemplazado por Agüero a los 88 minutos, se ganó los aplausos de los asistentes al Camp Nou.
Pero mientras se dirigía al banco de suplentes por el costado del campo de juego, se sacó la camiseta y se la regaló a un niño de la grada. Un gesto que hizo que se ganara aún más aplausos.
La cara de felicidad y asombro del joven hincha es poesía pura.
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