El Borussia Dortmund en condición de local perdía 0-2 en 8 minutos ante el Bochum, lo dio vuelta gracias a un triplete de Erling Haaland (dos ejecuciones desde el punto blanco del penalti y una definición rocambolesca). Sin embargo, en los últimos diez minutos del encuentro los visitantes marcaron dos goles y se terminaron llevando un increíble triunfo por 4-3.
Tras el silbatazo final, uno de los jugadores del Dortmund más abatidos fue el androide noruego, que se sentó en el verde césped y con la mirada perdida parecía no entender cómo se les había escapado de las manos la victoria en el Signal Iduna Park.
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