El Manchester City iniciaba el partido en condición de visitante ante Burnley, sabiendo que necesitaba una victoria para recuperar la punta de la Premier League (tras el triunfo del Liverpool ante Watford) y tan solo le bastaron 5 minutos para irse adelante en el marcador gracias a un tremendo golpeo de primera intención del mediocampista belga, que a pesar del esfuerzo del arquero terminó rompiendo las redes.
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