En el tiempo añadido del triunfo 3-1 del Milan sobre Roma, el delantero sueco tuvo la chance inmejorable de hacer más amplio el resultado con una ejecución de pena máxima, pero el arquero Rui Patricio le ganó el duelo adivinando el palo y sacando la pelota con un tremendo manotazo.
Pero a parte del fallo, lo que más llamó la atención fue la forma como él mismo se reprochó por no haber convertido desde los doce pasos.
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