La insólita secuencia inició cuando después de que le cometieron penal al capitán Coleman, el delantero brasileño rápidamente fue a buscar la pelota para hacerse cargo de la pena máxima, pero al parecer con antelación estaba designado que Calvert-Lewin fuera el encargado de las ejecuciones, porque Townsend y luego el propio Coleman literalmente tuvieron que sacarle la pelota de las manos, tratar de calmarlo y alejarlo del punto penal.
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