Al Barcelona le habían marcado penal por una mano, pero tras el llamado del VAR y la revisión del árbitro central en el monitor decidió echar marcha atrás esa decisión y anular la pena máxima.
Lo que provocó que el DT culé Xavi Hernández sin pensárselo dos veces se acercara a una cámara de la transmisión oficial y mirándola dijera: «¡UNA VERGÜENZA! ¡UNA VERGÜENZA!». Una reacción que muy seguramente le costará una fuerte sanción disciplinaria.
El Barcelona se hundió perdiendo por completo los papeles al punto de ser un caos absoluto defensivamente con errores por doquier aprovechados en una ráfaga por el Submarino Amarillo, que marcó por duplicado en el tiempo añadido para meterle una manito a domicilio a los blaugranas. El resultado final fue 3-5.
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