El Paris Saint-Germain sin despeinarse goleó a domicilio 3-0 al Ajaccio, pero además el segundo tanto fue una auténtica maravilla, gracias a la soberbia conexión entre Mbappé y Messi.
El astro argentino tocó de primera para el francés, que a la altura de la medialuna del área y rodeado de varios rivales metió un alucinante taconazo para devolverle la pared, y Messi dentro del área chica humilló e hizo lo que quiso, desparramó al arquero con un amague para luego mandar la pelota al fondo de la red con total tranquilidad.
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