Increíble pero cierto. En el balompie turco se produjo un hecho insólito. El árbitro Cüneyt Çakir decidió cobrar un penal por la simple razón de que el cancerbero del Osmanlispor tocó la esférica en su área luego de saltar para rechazar, sin embargo un rival del Rizespor interfirió en su salto y el balón terminó rebotando en brazo, con lo cual el colegiado decretó la penal máxima más absurda de la historia.
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