El Liverpool necesitaba ganar para no perderle pisada al líder Manchester City. Sin embargo, cayó por la mínima diferencia en su visita al Leicester, aunque en el arranque del partido tuvo una chance inmejorable de anotar, pero Mo Salah no tuvo su noche.
Cuando apenas transcurrían 13 minutos, le cometieron pena máxima, el delantero egipcio se hizo cargo, pero increíblemente falló en dos ocasiones. Primero remató muy centrado, Schmeichel adivinó y posteriormente en el rebote, cabeceó un tanto incomodo y con el arco a merced el balón pegó en el travesaño.
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